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EL BLOG DE LA 100.9 MHZ


lunes, 24 de septiembre de 2007
Érase una vez una vieja cabra que tenía siete cabritas, a las comida
y llamó a sus pequeñuelas.

-Hijas mías -les dijo-, me voy al bosque; mucho cuidado con el lobo, pues si entra en la casa las devorará a todas sin dejar ni un pelo. El muy bribón suele disfrazarse, pero lo reconocerán enseguida por su ronca voz y sus negras patas.

Las cabritas respondieron:

-Tendremos mucho cuidado, madrecita. Puedes irte tranquila.

Se fue la cabra despidiéndose con un balido y, confiada, emprendió su camino. No había transcurrido mucho tiempo cuando llamaron a la puerta y una voz dijo:

-Abran, hijitas. Soy su madre, estoy de vuelta y les traigo algo para cada una. Pero las cabritas comprendieron, por lo rudo de la voz, que era el lobo.

-No te abriremos -exclamaron-. No eres nuestra madre. Ella tiene una voz suave y cariñosa, y la tuya es ronca y áspera, eres el lobo.

Entonces el lobo fue a la tienda y compró un buen trozo de yeso. Se lo comió para suavizarse la voz, volvió a la casita y llamó nuevamente a la puerta:

Abran hijitas -dijo-. Su madre les trae algo a cada una.

Pero el lobo había puesto una negra pata en la ventana, y al verla, las cabritas, exclamaron:

-No, no te abriremos; nuestra madre no tiene las patas negras como tú. ¡Eres el lobo!

Corrió entonces el muy bribón a un zapatero y le dijo:

Mira, me he lastimado un pie; úntamelo con un poco de pasta.

Una vez untada la pata, fue al encuentro del molinero:

-Échame harina blanca en el pie -le dijo. El molinero, comprendiendo que el lobo tramaba alguna trampa, renegó al principio; pero la fiera lo amenazó:

-Si no lo haces, te devoro-. El hombre, asustado, le blanqueó la pata. Sí, así es la gente.

Volvió el muy pícaro por tercera vez a la puerta y, llamando, dijo:

-Abran, pequeñas; soy su madrecita querida, que está de regreso y les traigo cosas del bosque. Las cabritas replicaron:

-Enséñanos la pata; queremos asegurarnos de que eres nuestra madre.

La fiera puso la pata en la ventana y, al ver ellas que era blanca, creyeron de verdad en sus palabras y se apresuraron a abrir. Pero fue el lobo quien entró. ¡Qué sobresalto, Dios mío! ¡Y qué apuro por esconderse todas! Una se metió debajo de la mesa; la otra, en la cama; la tercera, en el horno; la cuarta, en la cocina; la quinta, en el armario; la sexta, debajo de la pileta de la cocina, y la más pequeña, en la caja del reloj. Pero el lobo fue descubriéndolas una tras otra y, sin gastar cumplidos, se las engulló a todas menos a la más pequeñita que, oculta en la caja del reloj, pudo escapar a sus pesquisas. Ya lleno y satisfecho, el lobo se alejó a un trote ligero y, llegado a un verde prado se tiró a dormir a la sombra de un árbol.

Al cabo de un rato regresó a casa la mamá. ¡Santo Dios, lo que vio! La puerta, abierta de par en par; la mesa, las sillas y bancos, todo volcado y revuelto; la jofaina, rota en mil pedazos; las mantas y almohadas, por el suelo. Buscó a sus hijitas, pero no aparecieron por ninguna parte; las llamó a todas por sus nombres, pero ninguna contestó. Hasta que le llegó el turno a la última, la cual, con vocecita queda, dijo:

-Madre querida, estoy en la caja del reloj.

La cabra la sacó rápidamente, y entonces la pequeña le explicó que había venido el lobo y se había comido a las demás. ¡Imagínense con qué desconsuelo lloraba la madre la pérdida de sus hijitas!

Cuando ya no le quedaban más lágrimas, salió al campo en compañía de su pequeña, y al llegar al prado, vio al lobo dormido debajo del árbol, roncando tan fuerte que hacía temblar las ramas. Al observarlo de cerca, le pareció que algo se movía y agitaba en su abultada barriga.

-¡Dios mío! -pensó-. ¿Serán mis pobres hijitas, que se las ha merendado y que están vivas aún?

Y envió a la pequeña a casa, a toda prisa, en busca de tijeras, aguja e hilo. Abrió la panza al lobo, y apenas había empezado a cortar cuando una de las cabritas asomó la cabeza. Al seguir cortando saltaron las seis afuera, una tras otra, todas vivitas y sin daño alguno, pues la bestia, en su glotonería, las había engullido enteras. ¡Allí era de ver su regocijo! ¡Con cuánto cariño abrazaron a su mamaíta, saltando de alegría como sastre en bodas! Pero la cabra dijo:

-¡Tráiganme ahora piedras; llenaremos con ellas la panza del lobo, aprovechando que duerme!

Las siete cabritas corrieron en busca de piedras y las fueron metiendo en la barriga, hasta que ya no cupieron más. La madre cosió la piel con tanta presteza y suavidad, que la fiera no se dio cuenta de nada ni hizo el menor movimiento.

Terminada ya su siesta, el lobo se levantó, y, como los guijarros que le llenaban el estómago le dieron mucha sed, se dirigió a un pozo para beber. Mientras andaba, moviéndose de un lado a otro, los guijarros de su panza chocaban entre sí con gran ruido, por lo que exclamó:

-¿Qué será este ruido que suena en mi barriga? Creí que eran seis cabritas, mas ahora me parecen piedritas.

Al llegar al pozo e inclinarse sobre el brocal, el peso de las piedras lo arrastró y lo hizo caer al fondo, donde se ahogó miserablemente. Viéndolo las cabritas, acudieron corriendo y gritando jubilosas: -¡Muerto está el lobo! ¡Muerto está el lobo!

Y, con su madre, se pusieron a bailar girando en torno al pozo.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Dos hombres, gravemente enfermos, compartían el mismo cuarto en un hospital. A uno de ellos lo hacían sentar una hora por día recostado en un almohadón, en la otra extremidad quedaba al margen de toda posibilidad de ver hacia afuera. Los enfermos, tanto como podían, pasaban horas conversando desde sus camas, evocando sus familias, sus trabajos, sus amigos, sus viajes...
Cuando sentaban al enfermo de la ventana en su cama, éste pasaba su hora de tratamiento describiendo a su compañero lo que veía al exterior. Había un hermoso bosque en donde frecuentemente se veían animales. Un lago en donde los cisnes nadaban y los niños entusiasmados hacían navegar sus barquitos a vela. Un césped y un jardín en donde se diría quelas flores habían sido coloreadas por el arco iris.
El enfermo del otro extremo del cuarto, desde hacía días había comenzado a vivir de nuevo a través de las animadas escenas descriptas por su amigo de la ventana. Este le contaba que los jóvenes enamorados caminaban unidos por el brazo. Más lejos dos esposos se divertían con sus niños haciendo volar un barrilete.Y ahora, cosa inesperada, una banda de músicos uniformados con vivos colores pasaba a lo largo del lago atrayendo los paseantes. Claro que la ventana cerrada impedía a los enfermos oír la música. Lástima, pero evidentemente y a juzgar por el entusiasmo de la gente descripto por el relator, debían tocar muy bien.
Mientras el hombre de la ventana describía las imágenes que desfilaban ante sus ojos, el otro cerraba los suyos e imaginaba las pintorescas escenas. Los días y las semanas pasaban, y cada día el hombre del fondo del cuarto esperaba con cierta ilusión las descripciones de su amigo.
Una mañana, la enfermera llegó para lavar a los pacientes, y encontró con tristeza el cuerpo sin vida del enfermo de la ventana que se había ido apaciblemente durante el sueño. Llamó a los dependientes del hospital para que retiraran el cuerpo; tiempo después, y tan pronto como le pareció oportuno, el otro enfermo, no sin tristeza pidió a la enfermera si podía desplazarlo al lugar de la ventana. Esperaba ver por sus propios ojos las coloridas imágenes que durante tantos días su amigo le había transmitido.
La enfermera, contenta de poder proporcionarle ese servicio, lo cambió de lugar, y en cuanto constató que el enfermo estaba cómodo lo dejó sólo. Lentamente éste se deslizó en su cama, hasta lograr incorporarse lo suficiente para mirar a través de la ventana. Pero para su inesperada sorpresa, delante de él y pocos metros hacia afuera, se interponía un enorme muro blanco. Contrariado, el enfermo preguntó más tarde a la nurse, cuál razón habría llevado a su compañero fallecido a describirle tantas falsas escenas. "Imposible que las viera", contestó la enfermera, su compañero era ciego, y evidentemente no podía ni siquiera ver el muro de enfrente. El inventó todo, porque seguramente deseaba comunicarle a usted la alegría de vivir.
"Epílogo : Hacer felices a los otros es el secreto de la propia felicidad. La economía de la alegría es extraña. Un dolor compartido se reduce a la mitad, pero la felicidad compartida se multiplica al doble.
Si quieres saber qué rico eres, cuenta todo lo que tienes, de lo que el dinero no puede comprar.
viernes, 14 de septiembre de 2007

"Había una vez un gran violinista llamado PAGANINI. Algunos decían que era muy raro, otros que era sobrenatural. Las notas mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente, por eso nadie quería perder la oportunidad de ver su espectáculo.
Una noche, el escenario de un auditorio repleto de admiradores estaba preparado para recibirlo.La orquesta entró y fue aplaudida. El director fue ovacionado, pero cuando la figura de PAGANINI surgió, el público deliró. PAGANINI colocó su violín en el hombro y, lo que sigue, fue indescriptible.
Blancas y negras, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecían tener alas y volar con el toque de aquellos dedos encantados!
DE REPENTE, un sonido extraño interrumpió el ensueño de la platea. Una de las cuerdas del violín de PAGANINI se rompió. El director paró. La orquesta paró. El público paró. Pero PAGANINI no paró!
Mirando su partitura, él continuó extrayendo sonidos deliciosos de un violín con problemas.
El director y la orquesta, admirados, vuelven a tocar. El público se calmó, cuando, DE REPENTE, otro sonido perturbador atrajo la atención de los asistentes. Otra cuerda del violín de PAGANINI se rompe. El director paró de nuevo. La orquesta paró de nuevo. PAGANINI no paró.
Como si nada hubiese ocurrido, olvidó las dificultades y siguió arrancando sonidos imposibles.
El director y la orquesta, impresionados, volvieron a tocar. Pero el público no podía imaginar lo que iba a ocurrir a continuación.
Todas las personas , asombradas, gritaron un: OOHHHHHHHHHH! que retumbó por toda aquella sala.
Una tercera cuerda del violín de PAGANINI se rompió.E l director para. La orquesta para. La respiración del público para. Pero PAGANINI no para!
Como si fuera un contorsionista musical, arranca todos los sonidos posibles de la única cuerda que quedade ese violín destruído.
Ninguna nota fue olvidada.El director, embelesado, se anima. La orquesta se motiva. El público parte del silencio hacia la euforia, de la inercia hacia el delirio.
PAGANINI alcanza la gloria. Su nombre corre a través del tiempo. El no es apenas un violinista genial.Es el símbolo del profesional que continúa adelante aún ante lo imposible.
Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera.Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición).La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un magnifico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
-Buenos días.
- Buenos días - Respondió el guardián.
- ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
- Esto es el Cielo.
- ¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!
- Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera.Y el guardián señaló la fuente.- Pero mi caballo y mi perro también tienen sed...- Lo siento mucho
- Dijo el guardián- pero aquí no se permite la entrada a los animales.El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
- Buenos días - dijo el caminante.
- El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
- Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo.
- Hay una fuente entre aquellas rocas - dijo el hombre, indicando el lugar. Podéis beber toda el agua como queráis.- El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
- Podéis volver siempre que queráis
- Le respondió éste.-
A propósito ¿Cómo se llama este lugar?- preguntó el hombre.
- EL CIELO.
- ¿El Cielo?- ¿Sí?
- Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!.- Aquello no era el Cielo. Era el Infierno - contestó el guardián.El caminante quedó perplejo.
- ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! - advirtió el hombre.
- ¡De ninguna manera!-increpó el hombre - En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar sus mejores amigos....
(Paulo Coelho).Jamás abandones a tus verdaderos Amigos aunque eso te produzca inconvenientes personales. Si ellos han estado dándote su amor y compañía has contraído una deuda: "No abandonarlos nunca", porque:Hacer un Amigo es una Gracia, Tener un amigo es un Don, Conservar un Amigo es una Virtud, Ser un Amigo es un Honor.
Carta de un Niño:
Cuando creias que yo no te estaba mirando... ...te vi colgar mi primer dibujo en la heladeria y corrí a hacer otro... Cuando creías que yo no te estaba mirando... ... te vi poner alimento en la tacita del gato y aprendí que es bueno cuidar a los animales... Cuando creías que yo no te estaba mirando... ... vi lagrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, pero que esta bien llorar... Cuando creías que yo no te estaba mirando... ... te vi hacer mi postre favorito y aprendí que las cosas pequeñas son las que hacen la vida especial... Cuando creías que yo no te estaba mirando... ... te escuche hacer una oración y supe que hay un Dios al que siempre puedo acudir y aprendí a confiar en El Cuando creías que yo no estaba mirando... ... te sentí darme el beso de las buenas noches y me sentí amado y protegido... Cuando creías que no te estaba mirando... ... te vi dar de tu tiempo y tu dinero para ayudar a gente que no tenía nada y aprendí que los que tienen deben ayudar a los que no tienen. Cuando creías que no te estaba mirando...te vi cuidar nuestra casa y a nosotros y aprendí que debemos cuidar de lo que nos ha sido dado. Cuando creías que no te estaba mirando... ... aprendí de ti las leccciones de la vida que necesitaba: ... como ser una persona buena y productiva... ... como decir"mucho" con tan sólo una sonrisa... ... Te mire y quise decirte... "gracias por todas las cosas que vi cuando creías que yo no te estaba mirando".
Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un chapulín. "¿Hacia dónde te diriges?", le preguntó: Sin dejar de caminar, la oruga contestó: "Tuve un sueño anoche, soñé que desde la punta de la gran montaña miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo".Sorprendido, el chapulín dijo mientras su amigo se alejaba:¡Debes estar loco! ¿Cómo podrás llegar hasta aquel lugar? Tú, una simple oruga! Una piedra será una montaña, un pequeño charco un mar, y cualquier tronco una barrera infranqueable". Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse. De pronto se oyó la voz de un escarabajo: "Hacia dónde te diriges con tanto empeño?". Sudando ya el gusanito, le dijo jadeante: "Tuve un sueño y deseo realizarlo, subiré a esa montaña y desde ahí contemplaré todo nuestro mundo". El escarabajo no pudo soportar la risa, soltó la carcajada y luego dijo: "Ni yo, con patas tan grandes, intentaría una empresa tan ambiciosa". El se quedó en el suelo tumbado de la risa mientras la oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros. Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir."¡No lo lograrás jamás!", le decían, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir. Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar. "Estaré mejor", fue lo último que dijo, y murió.Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido su tumba con un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió por querer realizar un sueño irrealizable.Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos. De pronto quedaron atónitos.Aquella concha dura comenzó a quebrarse y, con asombro, vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arcoiris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: una mariposa.No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir. Todos se habían equivocado.Dios nos ha creado para realizar un sueño, vivamos por él, intentemos alcanzarlo, pongamos la vida en ello y, si nos damos cuenta que no podemos, quizá necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas. Y entonces, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo lograremos.Es buscando lo imposible como los hombres han encontrado y alcanzado lo posible, y aquellos que se limitaron a lo que visiblemente era posible, nunca dieron un paso.
sábado 12 de mayo de 2007

Es una historia corta, llena de sabiduría y de amor

Una joven esposa estaba sentada en un sofá en un cálido y húmedo día, bebiendo té helado y charlando con su madre.Mientras hablaban sobre la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de la adultez, la madre pensativamente, miro a su hija seriamente y le dijo: “No te olvides de tus amigas" le advirtió"Se volverán importantes a medida que madures. No importa cuanto quieras a tu marido y a tus hijos, siempre necesitarás a tus amigas.Recuerda: que tus amigas no son solamente tus amigas, sino también tus hermanas, tus hijas y otros parientes. (Son la familia que te permites elegir)Necesitarás otras mujeres, siempre las necesitarás".Qué extraño consejo pensó la joven pero escuchó a su madre, se mantuvo en contacto con ellas e hizo cada vez más amigas.Al pasar el tiempo se fue dando cuenta que su madre tenía razón...A medida que el tiempo y la naturaleza producen sus cambios y misterios en la mujer, las amigas son indispensables en la vida.Cuidan tus hijos y guardan tus secretos, te dan consejo cuando lo pides, que a veces sirven y a veces no, te sacan de apuros, te ayudan a dejar las malas relaciones, te ayudaran a hacer una fiesta para tus hijos cuando se casen o tengan un bebé, manejan en tormentas, nevadas o granizos o en la madrugada para ir a ayudarte.El tiempo pasa, la vida sucede, la distancia separa, los chicos crecen, el amor se derrite y se evapora, los corazones se rompen, las carreras terminan, los trabajos vienen y van, los padres mueren, los colegas olvidan los favores, los hombres no llaman cuando prometen...Y las amigas están ahí, no importa el tiempo ni la distancia entre ustedes; una amiga nunca está tan lejos que no la alcance tu necesidad.Cuando tengas que caminar por ese valle solitario y lo tengas que hacer sola, tus amigas estarán en el borde, alentándote, rezando por ti, interviniendo y esperándote del otro lado.A veces hasta quebrarán las reglas y caminarán contigo.O vendrán y te sacarán.Las amigas son la bendición de la vida. El mundo no sería igual sin ellas, ni yo sería la misma.Cuando empezamos esta aventura llamada femineidad, no teníamos idea de las increíbles alegrías y tristezas que nos esperaban; ni sabíamos cuánto íbamos a necesitarnos.Todavía nos necesitamos cada día.
La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa para hacer una oración para su padre, que estaba muy enfermo.
Cuando el sacerdote llegó a la habitación, encontró a este pobre hombre en su cama, con la cabeza apoyada en un par de almohadas.
Al lado de la cama había una silla, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendraía a verlo.
- Supongo que me estaba esperando... le dijo.
- No, quién es usted, respodió el enfermo.
- Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando entré y noté la silla vacía al lado de la cama, supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.
- Ah, si... la silla. ¿Le importa cerrar la puerta?
El cura, sorprendido, obedeció.
El hombre enfermo, dijo:
- Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber orar. Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración; como se debe orar y los beneficios que trae... pero esto de las oraciones, no sé... me entra por un oido y me sale por el otro. De todos modos no sé como hacerlo, hace mucho tiempo que abandoné por completo la oración... pero hace cuatro años, mi mejor amigo me dijo:
- José, la oración es simplemente tener una conversación con jesús, ¿porqué no pruebas? Te sientas en tu silla y colocas otra enfrente... luego miras con fe a Jesús. No es alocado, pués el dijo: "Yo estará siempre con vosotros", y le hablas y lo escuchas, de la misma manera que lo estamos haciendo nosotros ahora.
- Es así que lo hice una vez y me gustó. Lo seguí haciendo una o dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija... ¡pués me mandaría de inmediato a un manicomio!
El sacerdote sintió una gran emosión al escuchar esto y le dijo a José que era algo muy bueno lo que venía haciendo y que no abandonara el hábito. Luego hizo una oración con él, le extendió la bendición y se fue a su parroquia.
Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido.
El sacerdote le preguntó:
- ¿Falleció en paz?
- Si. Cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo. Me dijo que me quería mucho y me dió un beso. Cuando regresé de hacer las compras, una hora más tarde, ya lo encontré muerto... Pero hay algo extraño respecto de su muerte, pués, aparentemente, justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado del lecho y recostó su cabeza en ella... así lo encontré, ¿que cree usted que significa eso?
El sacerdote, profundamente conmovido, se secó las lágrimas y contestó:
- ¡Ojalá todos nos pudiéramos ir de la misma manera!.
Mi padre no fue un gran hombre. Pero, aunque jamás aprendió a andar en bicicleta, me sostuvo en la mía y no me soltó hasta que pude mantener el equilibrio por mi mismo. Y yo sabía que no me iba a dejar caer.
Mi padre no fue un gran hombre. Pero lagrimeaba de orgullo cuando nos presentaba a Horacio y a mi y decía ``Estos son mis hijos´´. Lo decía con el mismo énfasis cuando eramos chicos y cuando nos hicimos hombres.Mi padre no fue un gran hombre. Pero nadie sabia contar ``El patito feo´´ como él. Y nadie tuvo su paciencia para narrármelo una y otra vez, siempre con el mismo entusiasmo, cada siesta y cada noche de mi niñez temprana, respetando mi necesidad de volver a oir mi cuento favorito.
Mi padre no fue un gran hombre. Pero todavía a sus ochenta y pico era capaz de poner inyecciones como nadie, sin que sintieras ni el pinchazo ni el dolor. Muchas veces preferí inyecciones a otro remedio, porque sabia que estaba él para ponerlas. Mi padre no fue un gran hombre. Pero descubría siempre los mejores chocolates. Mi padre no fue un gran hombre. Pero hasta el último domingo de su vida leyó el diario de pe a pa y era un interlocutor informado y apasionado de los sucesos del mundo y de la vida. Mi padre no fue un gran hombre. Pero amaba el cine y las películas y nos enseñaba a amarlas junto a él; nos llevaba a las matinés y a los estrenos . Ahora, en sus últimos tiempos, seguía contando escena por escena, como un personaje de Manuel Puig, cada película que veía en el cable, y lloraba de emoción o de bronca, según fuera una escena de amor o de injusticia. Mi padre no fue un gran hombre. Pero era el mejor público para contarle un chiste. No había que hacer grandes esfuerzos narrativos, el se descomponía de risa por el solo hecho de saber que era un chiste.Mi padre no fue un gran hombre. Pero cada vez que mi madre se lo pedía era el mejor ayudante de cocina. Nunca vi a nadie batir claras a nieve, como él. A mano. Mi padre no fue un gran hombre. Pero tenía la letra mas bella y firme que yo conozca. Me fascinaba ver cuando escribía cartas, cuando firmaba boletines o cuando hacia los discursos que después leía en las reuniones; yo observaba hipnotizado como iba surgiendo sobre el papel el dibujo de su caligrafía y como el mismo disfrutaba mientras su mano cobraba velocidad, calor e inspiración. Mi padre no fue un gran hombre. Pero me enseñó, con sus actos, que un hombre sI puede llorar. El lloraba de emoción o de dolor. Mi padre no fue un gran hombre. Pero supo despedirse antes de partir. El domingo a las cinco de la mañana me desperté y no pude volver a dormir por un largo rato. Era una hora silenciosa y quieta. De marea en baja Entonces supe que, en la sala de terapia intensiva del hospital, él estaba muriendo. Que me despertaba suavemente, como cuando en las mañanas frías del colegio se acercaba a mi cama, me tocaba suavemente el hombro y me decía, en un susurro, ``Pichu...arriba´´. Y que esta vez lo hacía para despedirse. En mi cama, en la oscuridad, no luché contra el insomnio, simplemente me despedí de él, le deseé buen viaje, le agradecí lo que tenía que agradecerle y le hice saber que, por mi parte, no había cuentas pendientes entre nosotros. Ninguna.
Me dormí nuevamente a las siete y el teléfono sonó a las ocho para pedirnos que fuéramos con urgencia al hospital. Entonces le dije a Marilen: ``Mi Viejo murió hoy a las cinco y media, es eso lo que nos van a informar´´. Un par de horas después, nos entregaron un certificado de defunción que decía: ``hora del fallecimiento: 5:30´´.
Mi padre no fue un gran hombre. Pero enfrentó a la muerte entero y vivo. Peleó con sabiduría, conocedor de que la batalla sería posible mientras hubiera equivalencia. Cuando sintió que ya estaba, que había hecho lo suyo, que las reglas de juego habían dejado de ser parejas, dijo basta. No lo dijo como un derrotado. Había comido una porción de las grandes (como a él le gustaban) de la vida; su último año y medio había sido de placer, de reivindicación y de buena vida. Entonces decidió que estaba a punto y murió. En su muerte, fue un modelo. Y no es poca cosa. Mi padre no fue un gran hombre. Pero murió como un señor. Sin degradarse sin deterioro, sin corromperse, como una persona íntegra y consciente. No huyo, no tuvo miedo, llego vivo a su muerte. Y cuando lo vimos, antes de ocupar su cajón, su rostro era plácido, pacífico, como quien sueña sueños íntimos y felices o como quien observa deslumbrado algo que lo hará feliz pero de lo que no quiere hablar. Era, en ese momento y en ese lugar, en la morgue del hospital, nada menos, un viejo hermoso y sereno. Así nos despidió Soltándose, soltándonos. Mi padre no fue un gran hombre. Pero fue honesto. Mi padre no fue un gran hombre. Pero fue amoroso. Mi padre no fue un gran hombre. Y no importa. Los grandes hombres ocupan a veces, demasiado lugar. Asfixian. Y son acreedores de deudas que nos hacen la vida más pesada. Visto así, por suerte, mi padre no fue un gran hombre. En muchas cosas fue sólo un pequeño hombre. Pero más allá de todo fue algo más difícil y más importante. Mi padre fue un buen hombre. Agradezco eso. Gracias, papá, por tu vida...
jueves, 13 de septiembre de 2007
Mi esposa me recomendó salir con otra mujer
Después de varios años de matrimonio descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco había comenzado asalir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa
"Tu sabes que la amas" -me dijo un día, tomándome por sorpresa.La vida es muy corta, dedícale tiempo. "Pero yo te amo a Ti" - protesté.
Lo sé.
Pero también la amas a Ella.
La otra mujer a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi Madre, viuda desde hace unos años, pero las exigencias de mi trabajo ymis hijos hacían que sólo la visitara ocasionalmente.
... Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine
"¿Qué te ocurre? ¿Estas bien?" me preguntó.
Mi madre es el tipo de mujer que una llamada tarde, en la noche o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.
"Creí que sería agradable pasar algún tiempo Contigo",le respondí. "Los dos solitos"!....... ¿Que opinas?
Reflexionó sobre ello un momento. "Me gustaría muchísimo", dijo.
Ese viernes mientras conducía para recogerla después de mi trabajo me encontraba nervioso, era el nerviosismo que antecede una cita........
Y, Por Dios, cuando llegué a su casa, vi que Ella también estaba muy emocionada! Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo puesto, se había rizado el pelo y usaba el vestido con el que celebró su último aniversario de bodas, su rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel.
"Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo y se mostraron muy emocionadas"- me comentó mientras subía a mi auto-
"No podrán esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada".
Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero si muy acogedor, mi Madre se aferró a mi brazo como si fuera
"La Primera Dama de la Nación".
Cuando nos sentamos tuve que leerle el menú. Sus ojos sólo veían grandes figuras.
Cuando iba por la mitad de las entradas, levanté la vista; mi Mamá está sentada al otro lado de la mesa y sólo me miraba.
Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios.
"Era Yo quien te leía el menú cuando eras pequeño ¿Recuerdas?“
"Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolver elfavor" -respondí.
Durante la cena tuvimos una agradable conversación,nada extraordinario, sólo ponernos al día uno con la vida del otro.
Hablamos tanto que nos perdimos el cine
"Saldré Contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar,
"dijo mi madre cuando la llevé a su casa, asentí, la besé, la abracé.
¿"Cómo estuvo la cita?" - quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche. "Muy agradable, gracias.
Mucho más de lo que imagine", le contesté.
Días más tarde mi Madre murió de un infarto masivo,todo fue tan rápido, no pude hacer nada.
Al poco tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos cenado mi Madre y Yo, y una nota que decía:

"La cena está pagada por anticipado, estaba casi segura que no podría estar allí, pero igual pagué para dos, para Ti y tu Esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche significó para Mi. ¡Te amo"!......En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo "TE AMO"
Para cuando Dios hizo a la mujer, ya estaba en su sexto día de trabajo de horas extras.Un ángel apareció y le dijo: "Por qué pones tanto tiempo en ésta?"
Y El Señor contestó: "Has visto mi Hoja de Especificaciones para ella?"
Debe ser completamente lavable, pero no ser de
Plástico, tener más de 200 piezas movibles, todas
Cambiables y ser capaz de funcionar con una dieta
De cualquier cosa y sobras, tener un regazo que
Pueda acomodar cuatro niños al mismo tiempo,
Tener un beso que pueda curar desde una rodilla
Raspada hasta un corazón roto y lo hará todo con
Solamente dos manos."
El ángel se maravilló de los requisitos.
"Solamente dos manos....Imposible!“
Y este es solamente el modelo estándar?
Es demasiado trabajo para un día...Espera hasta mañana para terminarla.“
No lo haré, protestó el Señor. Estoy tan cerca de
Terminar esta creación que es favorita de Mí
Propio corazón.
Ella ya se cura sola cuando está enferma Y
Puede trabajar días de 18 horas." El ángel se
Acercó más y tocó a la mujer.
"Pero la has hecho tan suave, Señor
"Es suave", dijo Dios, pero la he hecho también
Fuerte. No tienes idea de lo que puede aguantar o
Lograr.
"Será capaz de pensar?" preguntó el ángel.
Dios contestó:
"No solamente será capaz de pensar sino que razonar y de negociar"
El ángel entonces notó algo y alargando la mano
Tocó la mejilla de la mujer....
"Señor, parece que este modelo tiene una fuga...
Te dije que estabas tratando de poner
Demasiadas cosas en ella"
"Eso no es ninguna fuga... es una lágrima" lo
Corrigió El Señor.
"Para qué es la lágrima," preguntó el ángel.
Y Dios dijo:
"Las lágrimas son su manera de
Expresar su dicha, su pena, su desengaño, su
Amor, su soledad, su sufrimiento, y su orgullo."

Esto impresionó mucho al ángel "Eres un genio,
Señor, pensaste en todo. La mujer es
Verdaderamente maravillosa"
Lo es!
La mujer tiene fuerzas que maravillan a
Los hombres.
Aguantan dificultades, llevan grandes cargas,
Pero tienen felicidad, amor y dicha.
Sonríen cuando quieren gritar.
Cantan cuando quieren llorar. Lloran cuando
Están felices y ríen cuando están nerviosas.
Luchan por lo que creen.
Se enfrentan a la injusticia.
No aceptan "no" por respuesta cuando
Ellas creen que hay una solución mejor.
Se privan para que su familia pueda tener.
Van al médico con una amiga que tiene miedo de ir.
Aman incondicionalmente.
Lloran cuando sus hijos triunfan y se alegran
Cuando sus amistades consiguen premios.
Son felices cuando escuchan sobre un
Nacimiento o una boda.
Su corazón se rompe cuando muere una amiga.
Sufren con la pérdida de un ser querido, sin
Embargo son fuertes cuando piensan que ya no
Hay más fuerza.
Saben que un beso y un abrazo
Pueden ayudar a curar un corazón roto.
Sin embargo, hay un defecto en la mujer:
Es que se le olvida cuánto vale.
Cuentan que había una vez un señor que padecía lo peor que puede pasar a un ser humano: su hijo había muerto.
Desdés esa muerte y durante años no podía dormir. Lloraba y lloraba hasta que amanecía.
Un día aparece un ángel mientras dormía y le dice:
- Basta ya.
- Es que no puedo soportar la idea de no verlo nunca más.
El ángel le dice entonces:
- ¿Lo quieres ver?
- Si, responde sin dudar.
Entonces el ángel lo toma de la mano y lo sube al cielo.
- Ahora lo vas a ver, quédate acá.
Por una vereda enorme empiezan a pasar un montón de chicos, vestidos como angelitos, con alitas blancas y una vela encendida entre las manos, como uno se imagina el cielo con los angelitos.
Intrigado el hombre pregunta:
- Quienes son?
El ángel responde:
- Estos son chicos que han muerto en estos años y todos los días hacen este paseo con nosotros, porque son puros…
- ¿Mi hijo está entre ellos’
- Si, ahora lo vas a ver.
Y pasan cientos y cientos de niños.
- Ahí viene… avisa el ángel.
Y el hombre lo ve… ¡radiante!!!, como lo recordaba.
Pero hay algo que lo conmueve: entre todos es el único chico que tiene la vela apagada, y el siente una enorme pena y una terrible congoja por su hijo.
En ese momento el chico lo ve, viene corriendo y se abraza a él.
El hombre lo toma con todas sus fuerzas y le dice:
- Hijo, ¿porqué tu vela no tiene luz? ¿no encienden tu vela como a los demás?
- Si, claro papá, cada mañana encienden mi vela igual que la de todos, pero… ¿sabés que pasa?, cada noche tus lágrimas apagan la mía.
Joseph Newton. Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuando) podrá precisar de ellos. Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa en el futuro podrá hacer falta. Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo. ... Y dentro suyo?...Usted tiene el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc No haga eso. Es anti-prosperidad. Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida. Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea. Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Dé lo que usted no usa más. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida. No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar. Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades. Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida: 1º... usted no confía en el mañana 2º... usted cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles. Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de si mismo...
viernes, 7 de septiembre de 2007
Pedí a dios encontrar el camino
Y dios salio a mi encuentro
Dándome este lugar en el mundo.
Pedí que el destino soplara a mi favor
Y se abrieron las puertas de trabajo.
Así surgieron las fábricas y empezó a bullir
La actividad entusiasta
Junto a las aptitudes y habilidades
De todos nosotros: los obreros
Y el sol de su divina presencia
Perlo mi frente, con el sudor de mi esfuerzo.
Pedí a mi dios que las lluvias bendijeran con su frescura
Los campos de mi patria,
Para que el trabajo no falte en mi pueblo.
Pedí a dios recordar los máximos momentos de mi vida,
Y sorprendentemente vinieron a mi mente
Los años de lucha, que impulsados por alicientes halagüeños,
Trataba trabajar con ahínco en el adelantamiento de las empresas.
Pedí a mi dios independencia
Y me dio el derecho a labrar mi propio futuro.
Pedí a mi dios prosperidad para mi pueblo,
Porque sentía que ya me había adoptado
Y al cual contribuí con todo cariño en agradecerlo
Y hoy es el más floreciente que se puede imaginar.
Pedí al mi dios optimismo para intuir mi futuro,
Y me dio fuerzas para trabajar con placer y entusiasmo,
Afianzando día a día ese sentimiento de mutua confianza
Entre el obrero y su patrón
Que es quizás el aporte más valioso
Para que una empresa vaya adelante.
Pedí a dios voz y voto en lo que concierne a mi trabajo,
Porque creo que ese es un derecho natural
Que ningún hombre digno puede renunciar,
Y me dio sentido común:
Para oír a mi patrón y que el me oiga a mi.
Hoy ya no pido Señor:
Hoy te doy las gracias por hacer de mi ciudad:
Las Parejas mi lugar en el mundo.
Edith Tromboti, 7 de Septiembre de 2007